CTLpack explora materiales alternativos como parte de su compromiso para encontrar la solución más sostenible para cada uno de sus socios. Eso llevó al desarrollo del tubo Green PE: hecho de caña de azúcar, originario de Brasil y cultivado en zonas reguladas lejos del Amazonas. Estas plantaciones evitan activamente la deforestación, en cambio, absorben CO₂ de la atmósfera, reduciendo los gases de efecto invernadero desde la fuente para evitar tener que compensarlos más tarde.

El proceso es sencillo: el etanol de caña de azúcar se convierte en etileno, que luego se polimeriza en polietileno; un plástico familiar, seguro para alimentos y 100% reciclable. Se ve y se comporta igual que el PE convencional, lo que significa que no exige replantear tus formatos actuales de empaques. Pero su origen lo diferencia. Elegir un tubo hecho de contenido renovable ayuda a reducir la dependencia de recursos fósiles, y es una forma efectiva de avanzar ambientalmente sin comprometer el rendimiento ni la calidad visual.

Los plásticos de base biológica no son perfectos, pero son un paso adelante. Y uno necesario. Aportan mejoras inmediatas al balance de carbono, especialmente cuando se obtienen de forma responsable. Con Green PE, el envase apoya un cambio hacia la producción circular desde la raíz, literalmente. Para marcas que buscan reducir su huella apostando por formatos innovadores, es un material que habla el mismo idioma.

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